Hasta la fecha hemos visto muchos recursos tecnológicos para enlazar a una comunidad de personas y hemos aprendido un montón sobre bookmarks sociales, rss, foros, wikis, etc.
Ahora ha llegado el momento de pararse y examinar que uso pedagógico pueden tener estos medios. En esta entrada del blog me propongo analizar dos de estos recursos: la biblioteca colaborativa y los blogs.
La biblioteca colaborativa:
Uno de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos los usuarios de Internet es la gran cantidad de información disponible. Discriminar dentro de este océano la información que es de calidad y reviste interés para nosotros es una tarea ardua, ¿o no?.
La Biblioteca Colaborativa nos permite apoyarnos en una red de personas, y en concreto en un grupo de personas que tienen los mismos intereses que nosotros. Gracias a ellos y a la colaboración mutua es posible seleccionar que documentos y recursos web son los más interesantes para aprender en el tema en que deseamos formarnos.
Herramientas como delicious y el uso de Networks y tags son la base para que la biblioteca colaborativa pueda alcanzar un buen puerto.
La gran aplicación pedagógica de la Biblioteca colaborativa es permitirnos, tal como hacían antiguamente las enciclopedias, acceder al conocimiento, pero de forma más exhaustiva y particularizada y sobre todo actualizada: en definitiva la gran ventaja es no tener que perder el tiempo a la hora de buscar las mejores fuentes de saber para aprender. Podemos hacer en horas lo que podría llevarnos meses.
Blogs:
Se trata de una herramienta que une el aspecto individual del aprendizaje con el colaborativo.
Yo lo veo más enfocado al seguimiento y creación de contenido, por ejemplo en la realización de tesinas o tesis. En este caso el director de la tesis u otros alumnos pueden participar orientando al autor de la tesis y darle recomendaciones. Una vez terminada todos los usuarios que accedan al blog podrán reandar los pasos seguidos por el autor de la misma.
Así en estos momentos me viene a la mente la imagen de Schlieman anotando sus progresos mientras buscaba Troya. Afortunadamente Schlieman concluyó con éxito su búsqueda. Ahora nos sirve de inspiración, pero de no haber alcanzado su propósito también hubiera sido un buen punto de partida para otras personas que deseasen continuar su investigación.